El informe final de la CONADEP fue entregado por Ernesto Sabato a Raúl Alfonsín el 20 de septiembre de 1984 junto a una copia del libro "Nunca Más".
Sus acusaciones se basaron en todos los datos y testimonios reunidos por la CONADEP.
Hizo un admirable trabajo, considerando que en ese momento todavía los militares tenían un gran poder por lo que su vida corría peligro. Hoy en día se hace propaganda con los derechos humanos, pero tenemos que tener en cuenta que ahora solo es eso: PROPAGANDA. El kirchnerismo solo hace política con este tema, pero personas como Strassera fueron quienes "pusieron el pecho" en un momento difícil para la Argentina.
"Quiero utilizar una frase que ya no me pertenece porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ¡nunca más!"
"Nunca más"
Página web donde se puede descargar el libro: http://www.enmanosdenadie.com.ar/wp-content/uploads/2013/03/nunca-mas-conadep.pdf
Ejemplos de los que trata el libro:
1. Niños desaparecidos y embarazadas.
El caso de Adriana Calvo de Laborde: Este relato demuestra la falta de atención que había hacia todos, sin importar la condición de los detenidos, ni siquiera si estaban embarazadas. Ella dio a luz en un patrullero y tuvo suerte de que no tuvo ninguna complicación en el parto, sino su hijo probablemente no iba a sobrevivir, ya que no recibió ninguna ayuda de los supuestos médicos. Finalmente la liberaron con su bebé tiempo después.
2. La Tortura.
El caso de Jorge Berstrin: Es uno de los tantos casos que llegaron a la CONADEP de personas que habían sido secuestradas sin tener nada que ver con la política, sino por ser nombrados por otras personas mientras estaban siendo torturadas.
Da cuenta de que los militares no siempre tenían una investigación previas de las personas que iban a secuestrar, sino que al momento del interrogatorio se daban cuenta que se habían equivocado y los liberaban.
3. La muerte como arma política. El exterminio.
Lanzamientos de detenidos al mar: Fue una de las tantas técnicas utilizadas para el asesinato de los detenidos. Los testimonios muestran el miedo que tenían las personas detenidas al no saber "cuando les iba a tocar", si el número que se iba a decir iba a ser el suyo y así su vida iba a terminar. Se les aplicaba una inyección para adormecerlos pero eran tirados al mar vivos. En algunos casos los cadáveres llegaban a la arena desfigurados, con marcas del maltrato o comidos en gran parte por los peces.